sábado, 19 de octubre de 2019

POLÍTICA E INVERSIÓ

Ya saben que no me gusta hablar de política habitualmente, y menos aún mezclarla con el apasionante y etéreo mundo de la inversión. Las circunstancias actuales, la inacción de la clase política, que no deja de ser un reflejo de la Sociedad, su incapacidad mental y de obrar, así como la utilización partidista de los medios de comunicación, nos ha llevado a revivir fantasmas del pasado, poner en peligro nuestras inversiones y futuro, así como lo más importante que debe garantizar un Estado, la Seguridad de las personas, y su bienestar.

Decía un señor apodado “El Príncipe”, un tal Niccolò di Bernardo del Machiavelli, filósofo y diplomático del Renacimiento, probablemente la época más brillante de nuestra vecina Italia, que “quien tolera el desorden para evitar la guerra, tiene primero el desorden, y después la guerra”.



Políticamente, me considero una persona moderada y liberal, me parece bochornoso tratar de dividir a la gente entre izquierdas o derechas, o colores azules y/o rojos. En el Siglo XXI, en un mundo global, donde todos nos necesitamos para el intercambio comercial y cultural y mejorar la calidad de vida no tiene sentido la división entre razas o etnias. Como decía el Pastor más famoso de la historia, sólo existe una raza: “la raza humana”. Esto cualquiera que haya salido de su comarca, lo sabe bien. Tampoco es de recibo dividir a familiares y amigos por el uso de una u otra lengua. La diversidad enriquece, si bien, todo el mundo debería poder comunicarse mediante un vehículo común, esto destrona barreras, y mejora el intercambio de conocimiento a nivel mundial. Yo mismo hago negocios con chinos que no hablan inglés a través de WeChat, gracias al traductor simultáneo que tiene. ¿Es o no es eso un futuro apasionante?

Con respecto a la inversión, algunos saben que durante mi etapa en el Comité Consultivo de Repsol S.A., a una tal Cristina se le ocurrió expropiar la filial argentina adquirida en su país, valorada en la modesta cantidad de 15.000 M USD. La inseguridad jurídica de la operación hizo que la empresa perdiera 10.000 M USD, y dando gracias, porque pudo ser el 100%, afortunadamente, alguien compró esos bonos (esto daría para otro post extenso), y posteriormente, incluso hubo valientes que se atrevieron a comprar el litigio parar tratar de cobrar…

Esto hace que a la hora de invertir, el capital sea muy miedoso, y prefiera dirigirse a países con la mayor estabilidad política y seguridad jurídica habida. Por eso es mejor una inversión en Canadá, que una en Argentina, y por eso, debemos pedirle a nuestros responsables que no conviertan esto en los Balcanes, sino que se fijen en los países nórdicos.


Como saben, he recorrido algunos países por el mundo. Tengo clientes que viven en Ecuador, con cuentas en Suiza, clientes en Panamá, con viviendas que costaron 3.000.0000 M USD en Caracas, y vendieron por 10.000 USD, o clientes en Centroamérica que han pasado de tenerlo todo a nada en cuestión de meses.

Una cosa tengo clara, como meros peones en un tablero de ajedrez dirigido por una clase política cada vez menos preparada e incompetente, y a la vez, más demagoga. Lo único que nos queda es invertir con raciocinio, mirar por los nuestros, y vivir felices y tranquilos. Si el tablero se desmorona, con dos clics, y un billete de Ryanair, nos acogerán con gusto en Luxemburgo…
Que tengan un feliz fin de semana!!!


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